lunes, 18 de octubre de 2010

En aras de la modernidad




En estos días he vuelto a ver lo que podríamos considerar un clásico del cine de nuestro tiempo, Terminator. En ella se plantea como argumento cómo las máquinas intentan apoderase de nuestro mundo y como unos hombres luchan contra esto. Película simple y bien ideada,  lo que le garantizó su éxito.
Es simpático ver como se ansía tanto la evolución, la llegada de la tecnología. Una tecnología capaz de imitar al hombre en toda su dimensión e incluso ser más fuerte y poderosa que él mismo. (Como se puede ver en numerosas películas de este género, de las que sin ninguna duda destacaría la ya mencionada).
Y por otra parte, me sorprende como nos cuesta tanto adaptarnos a los cambios tecnológicos que llegan a nuestras vidas cada día. Muchas veces me planteo cuanto tiempo tardará, por ejemplo, el dinero físico en desaparecer, si realmente nos paramos a pensar, este podría dejar de usarse de un modo nada traumático. De igual forma me planteo cuando tendremos todo el poder en nuestra mano……………si, si, cuando hablo de esto me refiero a ese hecho que tantas veces hemos visto en la pantalla del cine, donde el hombre con solo usar su dedo o su iris es capaz de mostrar su identidad, pagarse un café……….o cualquier otra cosa.
En fin, en la persecución de la modernidad, seguimos tropezando todos los días con ella, así será imposible alcanzar ese mundo que tantas veces el hombre soñó, tan lejano e inalcanzable como el mundo que Frank Herbert nos ensenó.
Por eso hay que seguir en su búsqueda, sobre todo aquellos que soñamos con ella todos los días…………………..en aras de la modernidad.

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